El manejo clientelar del voto en las elecciones políticas es un instrumento muy utilizado para la construcción del consenso en las democracias más débiles e incipientes con amplios sectores de pobreza y marginalidad, en cuanto permite construir carreras políticas no a partir de propuestas y programas sino explotando las necesidades básicas insatisfechas de amplios sectores de la ciudadanía.
El clientelismo electoral vacía de valor el instrumento del voto, lo degrada de herramienta para la selección de la clase dirigente y definición políticas de estado, a mero instrumento de intercambio para obtener algún beneficio personal inmediato (trabajo, dinero, etc.).
En Paraguay, específicamente, la gran mayoría de los partidos, antes que trabajar para fortalecer un electorado consciente y crítico, prefiere construir el consenso manejando prácticas clientelares que van desde la entrega de víveres y medicamentos y las promesas de trabajo hasta el manoseo de los recursos públicos para favorecer a amigos y padrinos.