Durante los 18 años que siguieron el fin de la dictadura stronista, la juventud paraguaya, en diferentes ocasiones, ha asumido un rol protagónico en el proceso de construcción de la democracia que ha vivido Paraguay; principalmente en momentos que definiríamos claves, cuales han sido la crisis Oviedo-Wasmosy del 1996 o el Marzo Paraguayo de 1999.
Pero también, en otros momentos, la misma juventud ha demostrado pasividad y apatía con respecto a los procesos políticos y sociales en desarrollo en el país; y esto ha determinado el surgir de dudas sobre si ésta existiera efectivamente como sujeto político o más bien su protagonismo episódico fuera más hijo de situaciones coyunturales que de un real proceso de maduración como grupo social.
Con este primer numero de la nueva serie de la Revista Novapolis, buscaremos encontrar una primera respuesta aproximativa a esta duda, y verificar si efectivamente la juventud paraguaya actúa más como protagonista o como espectador del proceso democrático que se está desarrollando en el país.