Democracia, Educación y Emancipación pueden parecer a primera vista conceptos autónomos, aptos para ser estudiados y analizados de manera separada, sin ponerlos en relación. Una mirada más profunda, sin embargo, demuestra que eso no es así, ni debe serlo.
Democracia, Educación y Emancipación son expresiones de una misma sensibilidad, de una misma problemática. No puede haber democracia en ausencia de un sistema educativo público y crítico que la sostenga, ni puede hablarse de educación si esta no impulsa emancipación social y cultural. Tampoco podemos hablar de una verdadera democracia frente a la ausencia de procesos emancipatorios concretos y efectivos de grupos sociales, de identidades de género, de preferencias sexuales.
La interdependencia de estos tres conceptos es fundamental en la construcción de una sociedad desarrollada, no solo tecnológica o industrialmente, sino también social y culturalmente. Sin que estos tres conceptos se interrelacionen y se fortalezcan recíprocamente, no podremos alcanzar una sociedad justa, abierta, inclusiva y que apunte al bienestar intelectual, social, económico y cultural de toda su población.
Por eso dedicamos este número de Novapolis al estudio, tanto específico como entrelazado, de estos tres conceptos; buscando así fortalecer el debate y ayudar a la evaluación conjunta de estos tres aspectos fundamentales del desarrollo de toda sociedad.